Lidia “Taty” Almeida, referente de Madres de
Plaza de Mayo Línea Fundadora, visitó la localidad en el marco de la
presentación de una obra de teatro alusiva a la temática de la desaparición de
personas durante la última dictadura que gobernó el país. Afirmó que “hay una
sociedad que por fin tomó conciencia sobre lo que ocurría en ese momento” y
pidió que “el papa Francisco pida perdón” por la complicidad de la jerarquía
eclesiástica en ese lapso.
Con
motivo de la invitación a Fabiana Almeida, perteneciente a la Secretaria de
Cultura de la Nación, a ver una obra de teatro que desde hace un mes se viene
presentando en la localidad relacionada a la temática de las desapariciones
durante la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983 al país, se acercó a
nuestra localidad Lidia “Taty” Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo
Línea Fundadora, madre de Fabiana y quien en junio de 1975 perdiera a su hijo
Alejandro, quien fue en ese momento secuestrado y desaparecido.
Almeida
recorrió junto al Intendente Héctor Vega y su esposa el mural alusivo a las
Madres que se exhibe en el nuevo Registro Civil de la ciudad y luego fueron
espectadores de una obra de teatro realizada por alumnos y profesores del
Instituto de Educación Superior denominada “Ni muertos, ni vivos” en donde la
trama cuenta la historia del secuestro, tortura y desaparición de las hijas de
una mujer llamada Alicia durante la dictadura militar.
Almeida
se mostró muy agradecida por la invitación a la localidad y afirmó que con el
intendente y su esposa “además de compartir ideales y lucha, compartimos
también un gran dolor”. Manifestó que “con mucho orgullo decimos que fue por
algo que desaparecieron a nuestros hijos, fue por asumir un compromiso político
y social. Compromiso que gracias a los militantes y aquellos que no perdieron
la memoria está siempre presente. Hay una sociedad que por fin tomó conciencia
y se dieron cuenta que no estábamos tan locas cuando gritábamos y decíamos lo
que estaba ocurriendo”.
La
referente de Madres agregó que “los genocidas no actuaron solos. Hubo
complicidad de civiles, empresarios, abogados y la parte clerical. Hasta ahora,
hemos juzgado solo a un cura genocida, Von Vernich. Uno espera que así como en
su momento Néstor Kirchner pidió perdón por el Estado comprometido que apoyó la
dictadura, que el Papa Francisco pida perdón por el genocidio en Argentina por
parte de la jerarquía clerical”. Finalmente, aseguró que “yo no me quiero ir
sin recuperar los restos de Alejandro, no pierdo las esperanzas”.
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